El dúo de jóvenes y despreocupados acróbatas efectúa giros y maniobras sobrecogedoras perfectamente sincronizadas. En el trapecio, los dos artistas se funden en uno y desafían a la gravedad para crear un número de excepcional armonía.
Un artista en el escenario manipula su escoba mientras que por encima de él, una trapecista - la forma de realización de su sueño - realiza fantásticamente su rutina. Su interacción se convierte en una dulce complicidad.
El trapecio recorre desde el escenario de la izquierda al de la derecha, una innovación creada por Cirque du Soleil. Pero el número sobrepasa la instalación del escenario y la demostración de dominio físico de la artista. Podemos ver el drama en las personalidades mientras interactúa con Trickster, lo cual añade unos matices más dinámicos a las emociones y encantos visuales.
La audaz joven mujer sobre el trapecio volante, Lorraine Desmarais, es una escritora de Quebec, actriz y coreógrafa, quien realiza un acto aéreo espectacular.
En este acto dinámico y dramático, la trapecista se vuelve una con su trapecio, mientras realiza una rutina gimnásticamente desafiante. El acto concluye con un espectacular desmonte, que une los elementos del aire y del agua.
Una mujer solitaria se eleva en el aire y vuela. En ese momento, la vulnerable naturaleza del vuelo se realiza con pureza, maestría y habilidad. Ella se entrega al vuelo con humildad y alegría agridulce. Su corazón la saca de la Tierra, como ella desea, a tocar las estrellas.