Un etéreo grupo de artistas surcan el aire ejecutando animados ejercicios gimnásticos y acrobacias al unísono y en contrapunto en un largo trampolín superpuesto que surge como por arte de magia del interior del escenario y les permite alcanzar una altura y una velocidad asombrosas.
En un estallido de energía, el movimiento emergente toma el reino por asalto, creando un punto de ruptura, tanto literal como simbólico: el escenario se abre con un estruendo profundo que simboliza el temblor de los cimientos del sofocante orden aristocrático.
Este acto en La Nouba une el Trampolín normal y el Power Track llevandolo a un nuevo nivel. El escenario se prende en esta actuación de alta energía acrobática, en un despliegue de fenomenal sincronización y conciencia espacial.
El coro cómico, siempre presente, siempre alegre, se ríe en el rostro del dolor de la humanidad. Con su energía, estos personajes que brincan son como un virus que contamina al mundo de Mystère con una locura infecciosa. Quizás saben lo que verdaderamente importa…
Este acto cuenta con 20 artistas corriendo, saltando y caminando a través de - y hacia arriba- en una pared vertical de ocho metros sin ayuda artificial. El Power Track y los Trampolines les dan velocidad, los elevan e impulsan para emprender el vuelo. Su capacidad atlética, fuerza física y coordinación del equipo, cuida de los demás.
Una atolondrada persecución de policías y ladrones conduce a un demostración de trampolín emocionante con acrobacia de precisión y tiempos de fracción de segundo. Cuando los policías, ladrones y hasta los perros están atrapados en la diversión, es una incógnita cómo este acto infartante acabará.