La diosa de la luna se le aparece a Miranda andando sobre un aro y le otorga su bendición con una canción hechizante. Romeo observa mientras Miranda juega en el cuenco de agua, descubriendo su propias cualidades físicas y expresando su sinuosa sexualidad, mientras realiza una difícil rutina de equilibrio sobre las manos antes de zambullirse y nadar como una serpiente por el agua. El joven se une a ella en el agua, donde juegan inocentemente y se besan con vacilación por primera vez.
Este exótico ballet aéreo, una creación deslumbrante de fuerza y agilidad, captura la pasión y la energía de su elemento distintivo: el fuego. Suspendida de un aro en lo alto del escenario, la artista presenta una coreografía evocadora en la cual el aro y el cuerpo se funden en una danza de precisión acrobática.
Este acto fuciona una vertiginosa coreografía aérea y una potente rutina de gimnasia. El agua se incorpora en la atmósfera del acto, siendo un elemento coreográfico. Este tradicional acto de circo se reinventa con la adición de agua y su relación con el cielo.
A través de unos aros suspendidos encima del escenario, los artistas pivotan y dan vueltas en el aire, solos o al unísono, con una gracia y una destreza increíbles.
Suspendida a gran altura sobre el escenario o volando por los aires sobre su aro, una joven realiza una serie de ejercicios haciendo gala de su flexibilidad y fortaleza.
Envueltos en una atmósfera extraterrestre siete artistas realizan un número de grupo en ruedas simples, mientras que otros cuelgan en el aire, girando y dando vueltas a través de los aros aéreos para crear un cuadro vertiginoso que llena el escenario.